lunes, 8 de octubre de 2012

Re-significando la poesía, fusionando modernidades...



PoR LeO BauTista
Sobre Ánima Lisa: "En vés" del poema...
  

...en vez del poema YO... TÚ, ÉL, ELLA, NOSOTROS, TRANSEÚNTES... ELLOS...

Todos los que somos, o hemos sido, un día un poco de poesía-cotidiana, de poesía binaria, porque hoy somos electrónicos,  electroacústicos,  vídeo-eléctricos... 
somos 0101100100110101011.

Por qué somos la poesía que versa entre las calles, la mirada de agonías, las sonrisas de la entrega... En vez del poema una, dos, tres, posibilidades de existir, de re-significarnos en las avenidas y su trafago, transitando modernidades, pintando con los pasos cada día...

Muerte poética de un transeúnte...


Por LeO BauTisTa


La madre perdió la calma
el padre perdió la calma
tres golpes
tres puertas cerradas.

Después una avenida sin rumbo, unos pies perdidos y algunas horas muertas.

Pasillos/pasamanos,
desde el sudor estrecho y el tumulto del transporte,
ese día caminó seguro.

Poesía destilada con estres y dudas
eran las doce del día
sus pies mojados en algún charco de verano
su angustia pasajera
su miedo eternizado.






viernes, 3 de agosto de 2012

Poema suelto o rapsodía de los bancos.


PoR LeO BauTisTa



Las ideas se acumulan como piel muerta
capa sobre capa,
piedra sobre piedra.
Lapidada edad
llamó el tiempo...

Pasó la niña del meridiano
                                      mientras cantá un canario;
                                      quemando al viento.

La tía Sofi, la tía Eva, la tía Emilia...
todas a las 3 de la tarde
todas a media tinta...

Pasa la niña del meridiano.
                                      mientras capa sobre capa
la edad mermando a tientas,
la tiniebla suelta.

Del subsuelo pestilencia
la alborada agonía...
estando en último día,
-Capa sobre capa, la esperanza- 
                                      Piedra yerta, cuerpo y sintonía.

A corazón abiereto mendigaba
hambre de los reditos,
 impuestos
intereses
se anegaban
mano y pierna
mirada de las tías.

La niña del meridiano menguando
cada paso triste
cada epifania.

Suelto un tiempo
                    una poesia...
supuraban rigidas heridas,
mano y pierna
vida de las tías
... acaecían lento
                   rompia la armonía.






lunes, 25 de junio de 2012

Misterio Noveno: el retorno.


Por LeO BauTisTa.



Yo no soy un poema...
carne y hueso que esculpen los días...

No soy gloria del deseo, ni reino de luz,
pero soy el misterio de la soledad
el fracaso en el misterio del amor
la promesa, ilusión de estar,
mañana...

- ¿Te vas?
- ...
- ¿Te has ido?
-...


“Y entonces, el viajero miró  vacia la cama, sin crucifijo ni rosario... Sin aquella aura que encarnó la historia antigua, ni días de soles, ni lunas llenas...”


Camino por la calle viendo rostros enrarecidos por el tiempo, compro un te y una toronja; sigo. Ayer, aún te veía en los rostros ajenos. Hoy tengo la paz del reino y la luz de los días de verano. Te has ido, y yo también: el futuro me ha alcnazado, ya no dueles.

“Santa María, madre de Dios,
 ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.”


Han sido las caidas y el sacrificio. La sangre derramada, el llanto que ahoga... Pero también la paz del entierro y la gloria del reino, resurrección,  retorno, luz y mar.


- ¿Cómo estas?
- Bien. ¿Y tú?
- Bien. También.


“Al aullido del lobo, el ganado sintió el acecho, los pastores sigilosos esperaron al alba, entonces sabrían cuantas perdidas más habían tenido.”


Caminarás el próximo miércoles por la plaza, al dar la vuelta en el café verás tu nueva sonrisa de ilusiones rotas. Tendrás en la mano el número y después la cita primera vendrá en el amanecer del tercer día, antes de que el gallo cante.

Yo, cerraré los ojos el jueves, al amanecer, el inbox sonará a despertador y tendré el mensaje de vuelos confirmados. Llegaré a trabajar a tierras desconocidas, encontraré una paz habitual en la luz de otoño. Miraré la sonrisa del niño que juega y en los andantes de los caminos encontraré un nuevo sentido.

Más tarde al volver, conoceré sorpresivo al intelecto ajeno; entonces habré caido de nuevo, el retorno estará cerca, esperando cauteloso.

Renegaré tres veces antes del invierno y sin mirar atras iniciare de nuevo.


- María, madre de gracia, madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos
y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
-Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno
y guía todas las almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.


Los diccionarios dirán mi nombre
vomitando las palabras
tramando algunas veces el regreso...


“A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. […]señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.”


Yo no soy un poema...
carne y hueso que esculpen los días...

Soy simplemente lineas de tiempo,
 pasiones,
quimeras al vuelo...






viernes, 20 de abril de 2012

Misterio Octavo: la gloría.


PoR LeO BauTisTa.



Esa mañana brilló con especial esperanza el sol. Los cuerpos de los muertos se levantaron hacía el cielo para recibir así el Apocalipsis, entonces el valle del Armagedón se llenó de sangre a una altura que cubría la brida de los caballos. Más tarde se abrió la gloria del cielo, y como Cristo resucito a los tres días para después elevarse al cielo, al final de los tiempos todos volvieron a un mundo donde ya no había mar... Entonces voltee a mi alrededor y era luz, sólo luz...

¿Estaba sólo con mi luz?
¿En qué momento fuiste cociéndote en mi interior dejando huella sin decirlo?

Busco la verdad sobre todas las cosas; entonces busco a Dios.
Busco en lo más profundo de las cosas, pero no siempre encuentro a Dios.

Escavare algunas cuantas capas de piel para encontrarme
 con la carne y hueso de este amor.


Entré en la ciudad desierta, ¿o en el nuevo mundo sin mar? busqué alguna mirada perdida para  encontrarme  en un reflejo: coquetear en medio de nadie es como descubrir que el amor es una ficción tan simple como el deseo.
Ahora tengo paz,
¿entonces en esta paz qué hago?
En este nuevo mundo ya no habrá mar al cual ir al atardecer, no habrá cocinas integrales... ni días de soles profundos dónde jure que algún futuro nos tendrá juntos.

Sólo tú,
sólo yo,
ningún nosotros.

Quedarán entre caminos y sueños los muchos libros por leer y aquellos que he recorrido... quedará este silencio:

- ...
- ...
- ...

Ahora entre estos muros nuevos que construyo sólo,  guardo esta paz sin saber qué hacer. Esta Gloria sin mar se siente bien sin ti...
sólo yo,
ningún nosotros.






viernes, 13 de abril de 2012

Misterio Séptimo: la resurrección.


PoR LeO BauTisTa.





De alguna forma saldré de aquí, iré al mar sin ti, mientras tú caminas una ciudad desconocida. Eres todos los rostros de los desaparecidos, así que una vez más buscaré el amor, dejaré el deseo de perfección para encontrar en la imperfección la sublimación de la belleza humana…

Andaré a ciegas entre los muertos, para que alguna tarde de enero en la mirada de un niño reviva la esperanza… ¿es difícil volver de las cenizas?

Es cierto que amar es una constante interminable, porque nos han castigado en este infierno insólito, es la tierra: partidas solitarias,
miradas que no se encuentran,
todos hemos de morir solos entre nuestros hermanos,
pero solos.

Esa mañana fría rezaré a los cuatro puntos y recordaré a Mahoma… Después entre un café y un pastel miraré la sutileza de lo inocente, confrontando así esta vejez que me ha sucedido. Carcomido por gusanos entre las cotillas, mi corazón marchito sentirá una esperanza; pero no podrá ser; el castigo será el del mendigo.

Mendigamos amor y migajas de atención
porque así pensamos que somos uno,
porque no somos nada.

Tú y yo, al final, como tantos otros, no fuimos nada. No somos nada, tan sólo una asunción en el tiempo hasta el clímax de la muerte. Ahora tú tu tierra y yo un desierto en el cuál deambularé buscando en miradas inocentes alguna esperanza.

Caminaré por la avenida vacía de algún domingo lluvioso, pensando en la esperanza de volver a nacer en sonrisas infantiles y labios que no se enuncian. Volveré a rezar por la tarde y al anochecer soñaré de nuevo en compañía. Entre los tiempos beberé algún te y mi soledad, porque ya no bebo tus besos.

Aquí escribiría sobre tus días felices y diría: al atardecer nos encontraríamos para amarnos en los silencios y compartir los sueños de los pasos que se acompañan.

En cambio tu desconocerás cada paso mientras yo extraviado andaré a ciegas entre los muertos.

Rezaré una vez  más para que un ángel llegue, o tal vez si la suerte de las mil y una noches me acompaña, venga un genio y me llevé volando a la China para ver el rostro más hermoso del mundo.

Mientras eso pasa, tomaré el vuelo de las seis rumbo al mar.


Esperare las seis apariciones para salvar el milagro de la ausencia ...
 
veré el atardecer… 




Misterio Sexto: la muerte.


PoR LeO BauTisTa





Todo acabo.

A veces temo que haya sido mi culpa. Otras veces te culpo para justificar mi culpa y entonces me castigo por tu ausencia.

Me haces falta cuando cocino. Me hago tanta falta cuando no reconozco el propio rostro ante el espejo. Me perdí entre tus deseos y entre las palabras sobre planes que nunca serán. He muerto porque te he matado. Me haces falta cuando cocino.

Ayer soñé que mañana estaríamos juntos, hoy entiendo que todo fue un sueño de ruiseñor, que la hora nos ha cercado.

Me harás falta cuando cocino.

lunes, 9 de abril de 2012

Misterio Quinto: la pasión.


PoR LeO BauTisTa



-          Mírame.
-          Es mi vida.
-          Mírame.
-          Soy libre.  Silenciosamente libre.
-          Mírame.
-          Libre por decisión. Tú me has hecho libre.
-          Estás…
-          ¡Te he perdido!
-         
-          ¿Estás?
-         
-          Nunca lo sabrás… soy el abismo. Me caigo, por tu ausencia.
-          Palabras fuertes:
 muerte, putrefacto, ausencia… amor.
-          Palabras fuertes:
droga, reclamo, dependencia, auxilio… amor.
-          Yo no soy el origen.
-          Lo sé. Tampoco es que te ame. Yo no quiero sufrir por amor.
-          ¿Has sentido la ansiedad de la perdida? Nunca ante la desaparición del abismo las almas se unen con tanta fuerza. La caída no acaba y…
-          … tu ausencia enferma.
-          ¡Te he perdido!
-          Me perdiste con la desaparición.
Tú crees que no conozco ese miedo al silencio,
… el temor oculto de que estés con alguien más. La incertidumbre pútrida de pensar en la fragilidad donde mis defectos me harán perderte.
Yo memorizo el dolor de esa necesidad indomable de tus besos, la desesperación ante el final embriagante de tu piel.
Temo tu partida y cuando miro ya no estás.
-         
-          ¡Si no me aburriera tanto enamorarte, si no me aburriera tanto esta furia!
-          Cuesta trabajo separarse de aquello que estimula, omitimos la falta, entonces la perdida está ahí en el origen. Siempre estos agujeros:
 obscuridad en la cual te busco y sin mirarte te ignoró…
-          Sólo palabras.
-          Nunca me amaste.
-          No.
Quiero, pero no quiero.
Entonces quiero y busco insaciable / como sabandija en la oscuridad
…  entre los recovecos donde cualquier brillo insólito es una esperanza, entonces quiero.
Y después el blanco mutis de la ausencia.
-          Sólo palabras.
-          Quiero quererte y me han querido querer hasta el hartazgo de la ausencia.
-          Lo sé.
…p e r d o n a
 n u e s t r a s  
 o   f  e   n   s  a  s,

-          Lo sé.

como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación…

Odio esta tierra árida del deseo efímero donde ninguna semilla nace porque todo es vacio.
Odio cuando dices que estas y después llamas y cancelas…
-          Odio cuando miras todo con calma fingiendo que no me amas.
-          Odio tus reclamos y tus quejas.
-          Odio tus pasiones tan perfectas.
-          Te odio.
No
nos
dejes
caer
en la tentación,
…líbranos del mal.
Te amo.
-          Te odio.
-         
-          Te amo…
Sólo sé que ante mi hay una montaña de imperfecciones porque yo mismo soy una montaña de imperfecciones.
-          ¿Y entonces qué?, ¿paciencia?
Me enferma.

-          Te odio.
-          Te amo…
-         
-         
… perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.





sábado, 7 de abril de 2012

Misterio cuarto: la des-aparición.


PoR LeO BauTisTa


Entonces David vino con Saúl y trajo su lira, pero lo esperaban también con el arco, sin embargo era una honda lo que el campo ovejero le había brindado. David, el ungido por Dios, sabía su grandeza y era aquella un silencio: espacio magnánimo en el cual su música podía habitar.

Saúl, desterrado de las bendiciones del señor, acosado por el fantasma de la locura, guardo silencio y escucho la lira, pero en la tortura misma espero el arco…

Te espero en el silencio en el que temo, en el silencio de tu ausencia.
Avanzaron sin temor por entre los filisteos. Un lanzamiento y callo Goliat ante sus pies. David fue entonces rey de Israel.

Pero yo no corro con tal suerte, sin lira ni arco, sin honda ni fe, te alejas por entre los rostros.  Desapareces entre la locura de amar a alguien que no soy yo. De ser amado ante la realidad del desprecio. ¿Por qué te gusta el dolor? ¿Por qué eliges tocar la puerta y esperar a que la abran cuando aquí es un mundo dado para acompañarnos?

El rey David guardo silencio nuevamente y escucho a su pueblo… su grandeza era aquel silencio.

“El que habita al abrigo del Altísimo y mora bajo la sombra del Omnipotente, dice a Jehová:
esperanza mía y castillo mío; mi Dios en quien confío.”(Salmo 91).

Ante historias repetidas la única opción es ser diferente. Por eso hoy no ronda aquí el demonio de la locura, las furias me han dejado en paz; aquí guardo silencio, escucho mi interior.

 “Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día,
 ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya” (Salmo 91).





Misterio cuarto: la aparición.


PoR LeO BauTisTa





Había una vez un sendero perdido en el bosque, hacia un tiempo algún caminante lo trazo por entre los matorrales, dejo señas en los arboles, encontró algunos resguardos del sol y otros de la noche, temió por su vida; descubrió cuando moverse después de la quietud para salvaguardarse. Luego, otros anduvieron el mismo camino.

Aquel sendero después fue olvidado, sesgado por nuevas plantas, paralizado por las ciudades que a cada extremo se erigían indomables. El camino guardo silencio entre valles y agrestes montañas, perdiéndose de la memoria de aquellos que algún día ciñeron sus pasos por sobre su claridad y firmeza.

Un día, la proyección astral de un enamorado se perdió en la paz de aquel camino, todo era quietud, todo parecía verdad. Tierra y cielo conjugaron ante él. Después vino el mar al cual mirar, sin fin -no era el mar era un lago-, y una llama floto sobre del mar-no era el mar era un lago-; agua y fuego se entendieron. Fue aquello una revolución. El enamorado contemplo en silencio.

Acaecía la tarde y la visión culminaba. Al salir de la hipnosis repentina de aquella calma, cuando hubo que moverse, se quedo quieto. El enamorado se había paralizado. Ante él, su fragilidad nueva, su reciente estabilidad se veía amenazada. Su corazón se había agitado con el miedo acostumbrado, ese que hace deambular a las tres de la mañana mientras se susurra el nombre mágico de quien estimula el ensueño de perfecciones y el terror nocturno de la desaparición,  el terror dónde un día el ser deseado se evapora por entre las avenidas; disolver de la memoria de un futuro improbable, en un tiempo sólo posible.

Al volver a la ciudad, se preguntaba donde estaba él, la agitación lo había devuelto al cuerpo material. Ahora se preguntaba en dónde estaba ella.

Me pregunto dónde estás. ¿Estás?


…Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.



viernes, 6 de abril de 2012

Misterio Tercero: la circuncisión

PoR LeO BauTisTa






Caminarás mientras te preguntas que sucede, no entenderás nada y entonces un día después querrás borrar nuevamente tu memoria.

Yo no quiero que me borres de tu memoria, porque mientras tú busques la distancia yo recordare tu piel y la mía.

Tú no entenderás la incomodidad, como yo no entiendo porque el electrón gira en torno al positrón, y como incide la existencia de los quartz en la generación de materia. Tampoco entendemos lo que ha pasado y francamente me da lo mismo entenderlo o no.

Sé una cosa: te quiero antes y después, quiero tus sonrisas, conmigo o sin mí, puedo cocinarte, ya dije eso alguna vez… nos veo caminado juntos y para eso no es necesario cambiar nada, mira hacia atrás ya viene sucediendo.

El “I Ching” dijo tienes miedo, vez impedimentos; mientras yo soy la quietud de la montaña, el equilibrio del cielo y la tierra dónde se está listo para amar puramente.

Pero eso no te importará hasta dentro de unos días, porque esto que es confuso te ciega, serás la oscuridad de tus temores mientras yo soy la claridad de mis deseos. Después cambiaremos de lugar:

“Al irse el sol, llega la luna. Al irse la luna, llega el sol. El sol y la luna se turnan y así surge la luz. Cuando se va el frío llega el calor, cuando se va  el calor llega el frío. El frío y el calor se turnan y así se completa el año. El pasado se contrae. El futuro se dilata. Contracción y dilatación se influyen recíprocamente y así surge lo que es propicio.”[1]

Mutamos desde hace tiempo, cortamos aquello que no sirve con el afán de estar mejor. Aunque sin duda desconocemos el camino, nos ceñimos al linaje de lo divino con la esperanza de perpetuar el bienestar y la armonía… Emulamos a egipcios y griegos, renombramos a Abraham y su descendencia…

Caminaras sin rumbo mientras piensas mi ausencia sin ser necesario. Yo estoy aquí. Y entonces al verme, sin darte cuenta, una mirada y una palabra te harán verme libremente, sentirás amor, sin saber que lo es. 

A las tres de la tarde de algún viernes o martes, en medio del misterio doloroso, vendrás a decirme cuanto has hecho. Desearás besarme sabiendo la correspondencia de esto que nos transforma lentamente. Años más tarde leerás  los textos bíblicos y el I CHING, mientras recuerdas estos días de confusión, tendrás la nausea característica de la nostalgia, leerás mis atrevidas profecías y entonces sabrás que estamos juntos: 

”Cuando se abarca lo divino y se comprende a las transmutaciones, se eleva el modo de ser hacia lo maravilloso.”[2]

Entonces todo iniciara…


[1] “I CHING” Traducción de D.J. Vogelmann, Ed. Hermes, 1992. México. Pág 426.
[2] Idem.

viernes, 9 de marzo de 2012

Misterio segundo: el nacimiento.


PoR LeO BauTisTa


Me gusta cocinarte; a veces cocino para ti aunque no estés. Eres una buena inspiración ya lo había dicho.

La realidad es que no te amo. No sé qué es eso de amar a alguien. Freud ya lo vislumbraba, vivimos en un siglo en el cual la neurosis es lo normal, esa neurosis enferma todo amor, lo hace cavernícola, masoquista, evidentemente sexual y vacio, porque la neurosis surge de esa primigenia represión sexual a la cual llamamos pudor.

¡Qué estupidez pensar en el pudor!

Me gusta más pensar en el poder. Y yo puedo cocinar para ti. Tampoco sé lo que tú puedas hacer para mí, ni me interesa, no deseo caer en la asquerosa forma neoliberal del amor dónde se sigue el típico paga por productos y con productos paga por amor, un toma y daca sin fin.

Me gusta pensar soy libre de amarte en unos años después de mirar hacia atrás y sonreír por nuestra historia de momentos juntos, de ideas compartidas, de proyectos construidos, no por cuantas veces cenamos en finos restaurantes o cuantos regalos caros hemos intercambiado para pavonear nuestros lujos y trabajos en ascenso.

Yo puedo cocinar para ti, lo hago incluso si no estás, cocino para ti cuando tengo que cocinar para otros. Este sutil acto primordial para la sobrevivencia, en el cual empeñamos toda la creatividad con el fin de deleitar los sentidos y nutrir al otro me fascina. No sé si eso es amor para otros pero yo amo así. ¿Pero entonces te amo? –No te has ganado mi amor pero te has ganado mi creatividad, eso es como el aire para el arte–. 

¿Pero entonces te amo?

Nueve misterios son los misterios de la muerte y catorce oraciones las que conforman el Rosario. Ayer morir para ti. Hoy soy uno nuevo,  te pienso diferente. El tiempo ha cambiado.

Me gusta la sensación del tiempo que pasa, es como la luz: se extingue cada vez diferente para volver y descubrirse siendo la misma, de un mismo sol, un sol infinito cuyo movimiento envuelve nuestro pequeño mundo desde su centro en movimiento. El Dios sol ha sido siempre el más importante, es ahí nuestro primer eje de movimiento.

Me gusta saber cómo nos hemos movido, como el tiempo ha pasado y en estos cambios de hoy podemos vernos renovados… con misterios nuevos o misterios guardados.


Roba sin miedo los misterios de mi intimidad,
robaré los tuyos sin temor, soltando toda nostalgia.


¡Qué patética es la nostalgia!

Esa energía en la cual se va el presente por no poder soltar el pasado. Sabes, tú nostalgia no me importa, como no importa ya la mía, lo que es hoy es; aunque te entiendo, entiendo esa sensación sublime de extrañar el ayer. ¿Dónde estaba ayer hace un año?  ¿Y hace dos? ¿Y hace tantos 25 años?

¿Dónde estaré en 10 años? ¿Dónde estaré mañana?...

¿Dónde estás?



jueves, 23 de febrero de 2012

Misterio primero: la encarnación.

PoR LeO BauTisTa




- ¿Por qué miramos tanto al mar?  No puedo dejar de mirarlo. ¿Por qué no podemos dejar de mirarlo?
- Es el mar. Miralo.
- …
- …

- Nueve misterios, rutina de la muerte…
 ¿Entonces el misterio doloroso del viernes fue?//         ¿Por qué el dolor es placer?
Me duele tu dolor en la confusión
de lo que ha sido.

¿Entonces el misterio gozoso es sábado?... Pero  aquí no encarno al deseo… no hay visitación, me duele el nacimiento de este mi pensar en ti, mientras purifico el recuerdo que  en el cuello deja marcas nunca antes vistas,  entonces me pierdo en la retorica de tus besos. ¡Nunca antes había besado así!


Dios te salve, María; llena eres de gracia; el señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”


- Mira el mar.
- Reconstruyo tu silencio…
- Mira al mar.
- ¿Y si hemos perdido el tiempo? / Aunque es por  todo ese tiempo que ahora te sueño. Te soñé muchas veces. Te miraba caminado a mi lado, leyendo en silencio.
          Grandes paredes blancas, limpísimas,
...en las cuales sumergidos los recuerdos eran pasado.

Antes del tiempo en que tú me miras y yo te miro… ¿Pero no te veo como a otros?/ ¿Por qué tu eres más real y por qué tu eres dueño de mi inspiración? / No te amo, lo sé.


- María, madre de gracia, madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos
y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
-Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno
y guía todas las almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.


Ayer volví a soñar el mar… Soñé contigo soñando que te soñaba y al despertar estabas ahí…pero luego vino el mar. Entonces era mi soledad un tránsito por la ciudad, un paseo con perros y un trote más algunos taxis… ¿Estás?
Nunca nadie me había besado así… Era como la primera función, la ansiedad primigenia del deseo. ¿Estás? Marcas profusas, prófugas de mis pensamientos.
       Y deseo ser horma de tus pasos
y que te ciñas a los míos/ Despacio, pero furtivo. Intenso:
     dijiste que no era tan intenso.
         Intenso pero alongado
… En mi sueño dijiste que no era tan intenso. / Público tanto como íntimo.
Te deseo a mi lado.


“…especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.



Ahora el misterio de la escucha, ahora la vida que susurra cambios mientras el deseo anhela. El deseo siempre es anhelo, necesidad, impulso. Te deseo.


“Dios te salve, reina y madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. […]señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
 ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre virgen María!”


Pero no te amo. No te quiero amar porque el amor es como los misterios del viernes: son dolorosos. El amor es una perversión en la cual aprendimos a sufrir, yo no quiero sufrirte.
Miro el mar.

“Ruega por nosotros, santa madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro señor Jesucristo.”

- Algo ha muerto en el mar.
- Algo ha naufragado esta noche.
- Mira el mar.
- ¿Por qué miramos tanto al mar?  No puedo dejar de mirarlo. ¿Por qué no podemos dejar de mirar lo?
- Es el mar. Miralo.