lunes, 25 de junio de 2012

Misterio Noveno: el retorno.


Por LeO BauTisTa.



Yo no soy un poema...
carne y hueso que esculpen los días...

No soy gloria del deseo, ni reino de luz,
pero soy el misterio de la soledad
el fracaso en el misterio del amor
la promesa, ilusión de estar,
mañana...

- ¿Te vas?
- ...
- ¿Te has ido?
-...


“Y entonces, el viajero miró  vacia la cama, sin crucifijo ni rosario... Sin aquella aura que encarnó la historia antigua, ni días de soles, ni lunas llenas...”


Camino por la calle viendo rostros enrarecidos por el tiempo, compro un te y una toronja; sigo. Ayer, aún te veía en los rostros ajenos. Hoy tengo la paz del reino y la luz de los días de verano. Te has ido, y yo también: el futuro me ha alcnazado, ya no dueles.

“Santa María, madre de Dios,
 ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.”


Han sido las caidas y el sacrificio. La sangre derramada, el llanto que ahoga... Pero también la paz del entierro y la gloria del reino, resurrección,  retorno, luz y mar.


- ¿Cómo estas?
- Bien. ¿Y tú?
- Bien. También.


“Al aullido del lobo, el ganado sintió el acecho, los pastores sigilosos esperaron al alba, entonces sabrían cuantas perdidas más habían tenido.”


Caminarás el próximo miércoles por la plaza, al dar la vuelta en el café verás tu nueva sonrisa de ilusiones rotas. Tendrás en la mano el número y después la cita primera vendrá en el amanecer del tercer día, antes de que el gallo cante.

Yo, cerraré los ojos el jueves, al amanecer, el inbox sonará a despertador y tendré el mensaje de vuelos confirmados. Llegaré a trabajar a tierras desconocidas, encontraré una paz habitual en la luz de otoño. Miraré la sonrisa del niño que juega y en los andantes de los caminos encontraré un nuevo sentido.

Más tarde al volver, conoceré sorpresivo al intelecto ajeno; entonces habré caido de nuevo, el retorno estará cerca, esperando cauteloso.

Renegaré tres veces antes del invierno y sin mirar atras iniciare de nuevo.


- María, madre de gracia, madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos
y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
-Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno
y guía todas las almas al cielo, especialmente aquellas que necesitan más de tu misericordia.


Los diccionarios dirán mi nombre
vomitando las palabras
tramando algunas veces el regreso...


“A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. […]señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.”


Yo no soy un poema...
carne y hueso que esculpen los días...

Soy simplemente lineas de tiempo,
 pasiones,
quimeras al vuelo...






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