viernes, 9 de marzo de 2012

Misterio segundo: el nacimiento.


PoR LeO BauTisTa


Me gusta cocinarte; a veces cocino para ti aunque no estés. Eres una buena inspiración ya lo había dicho.

La realidad es que no te amo. No sé qué es eso de amar a alguien. Freud ya lo vislumbraba, vivimos en un siglo en el cual la neurosis es lo normal, esa neurosis enferma todo amor, lo hace cavernícola, masoquista, evidentemente sexual y vacio, porque la neurosis surge de esa primigenia represión sexual a la cual llamamos pudor.

¡Qué estupidez pensar en el pudor!

Me gusta más pensar en el poder. Y yo puedo cocinar para ti. Tampoco sé lo que tú puedas hacer para mí, ni me interesa, no deseo caer en la asquerosa forma neoliberal del amor dónde se sigue el típico paga por productos y con productos paga por amor, un toma y daca sin fin.

Me gusta pensar soy libre de amarte en unos años después de mirar hacia atrás y sonreír por nuestra historia de momentos juntos, de ideas compartidas, de proyectos construidos, no por cuantas veces cenamos en finos restaurantes o cuantos regalos caros hemos intercambiado para pavonear nuestros lujos y trabajos en ascenso.

Yo puedo cocinar para ti, lo hago incluso si no estás, cocino para ti cuando tengo que cocinar para otros. Este sutil acto primordial para la sobrevivencia, en el cual empeñamos toda la creatividad con el fin de deleitar los sentidos y nutrir al otro me fascina. No sé si eso es amor para otros pero yo amo así. ¿Pero entonces te amo? –No te has ganado mi amor pero te has ganado mi creatividad, eso es como el aire para el arte–. 

¿Pero entonces te amo?

Nueve misterios son los misterios de la muerte y catorce oraciones las que conforman el Rosario. Ayer morir para ti. Hoy soy uno nuevo,  te pienso diferente. El tiempo ha cambiado.

Me gusta la sensación del tiempo que pasa, es como la luz: se extingue cada vez diferente para volver y descubrirse siendo la misma, de un mismo sol, un sol infinito cuyo movimiento envuelve nuestro pequeño mundo desde su centro en movimiento. El Dios sol ha sido siempre el más importante, es ahí nuestro primer eje de movimiento.

Me gusta saber cómo nos hemos movido, como el tiempo ha pasado y en estos cambios de hoy podemos vernos renovados… con misterios nuevos o misterios guardados.


Roba sin miedo los misterios de mi intimidad,
robaré los tuyos sin temor, soltando toda nostalgia.


¡Qué patética es la nostalgia!

Esa energía en la cual se va el presente por no poder soltar el pasado. Sabes, tú nostalgia no me importa, como no importa ya la mía, lo que es hoy es; aunque te entiendo, entiendo esa sensación sublime de extrañar el ayer. ¿Dónde estaba ayer hace un año?  ¿Y hace dos? ¿Y hace tantos 25 años?

¿Dónde estaré en 10 años? ¿Dónde estaré mañana?...

¿Dónde estás?