Por LeO BauTisTa
La madre perdió la calma
el padre perdió la calma
tres golpes
tres puertas cerradas.
Después una avenida sin rumbo, unos pies perdidos
y algunas horas muertas.
Pasillos/pasamanos,
desde el sudor estrecho y el tumulto del
transporte,
ese día
caminó seguro.
Poesía destilada con estres y
dudas
eran las doce del día
sus pies mojados en algún charco
de verano
su angustia pasajera
su miedo eternizado.
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