PoR Mariana Romero
Encontrar los lugares, los espacios y silencios para entrelazar nuestras vidas, tejer nuestros alientos para gastarnos la vida “viviendo” viajando a la niñez, al sueño estelar, a la búsqueda amorosa, y allí, encontrar al compañero, al mejor amigo, al hermano y confidente que conoce mi morada y que me cuenta mi propia historia a través del tiempo… Me escucho, me desdibujo y él vuelve a mis sombras, contornos y siluetas para guiar mi búsqueda… ¡tengo dos corazones, cuatro brazos, 40 dedos! nada es imposible desde que él me escucha, emprendemos el viaje y compartimos el sendero de la búsqueda, viajes de retorno a mundos ancianos que nos murmuran su acallado consejo.
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